Bollo Natural Fruits (BNF) ha dado un paso firme para desarrollar el consumo de fruta incorporando a su grupo la firma granadina Cortijo Cuevas, especializada en productos de IV gama
La decisión responde a una tendencia clara: el consumo de fruta fresca está cayendo, especialmente entre los jóvenes, y el sector debe adaptarse para no quedarse atrás.
“Tenemos que adaptarnos a los nuevos gustos del consumidor”, afirmó Antonio Alarcón, CEO de Bollo Natural Fruits durante el Congreso de Cítricos de Fruitnet. “No podemos esperar que sea el consumidor quien se adapte a nosotros; somos nosotros quienes debemos responder a sus necesidades”. Esta filosofía ha sido el eje de la estrategia que impulsa ahora la diversificación del grupo, que amplía su abanico de productos con referencias como la piña en formatos listos para consumir.
Tras la presentación, el año pasado, de un estudio propio de hábitos de consumo, Bollo detectó un giro claro hacia productos más cómodos y prácticos. Lejos de quedarse en un simple diagnóstico, la compañía decidió actuar e incorporarse de lleno al segmento de la cuarta gama. “No hacemos estudios para contarlos, los hacemos para tomar decisiones”, subraya Alarcón. De ahí que el grupo ya esté trabajando en el desarrollo de nuevas soluciones de fruta mínimamente procesada, con especial foco en la naranja, un producto que registra un acusado descenso de consumo.
Cortijo Cuevas aporta su experiencia en formatos como rodajas, gajos y porciones listas para el consumo, lo que permitirá a Bollo ofrecer alternativas a quienes no desean pelar una naranja o prefieran tomarla en zumo. Además, parte de esta producción ya se destina a colegios y colectividades, con el objetivo de facilitar el acceso de los más pequeños a este tipo de fruta.
Calidad, no todo vale
“La cuarta gama tiene un gran potencial para toda la fruta”, señala el CEO, que no descarta futuras innovaciones en este campo. La incorporación de nuevos productos y formatos se hará siempre bajo el criterio de la calidad, uno de los valores más arraigados de la marca. “No todo vale. Si ponemos el nombre de Bollo, el consumidor no puede llevarse sorpresas. Tiene que ser un producto excelente”, afirma.
Pese a tratarse aún de un negocio pequeño en comparación con la fruta fresca tradicional, el segmento de la IV gama crece a mayor ritmo. “Por eso no queremos llegar tarde”, concluye Alarcón.
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