Decir que Semillas Fitó ha realizado una inversión en I+D no es nuevo. La empresa es una de las obtentoras que más porcentaje destina en este sentido, rozando el 30% de su facturación anual. Dentro de este capítulo, en el último año ha realizado un desembolso de 2 millones de euros para llevar a cabo uno de sus avances más destacables, la puesta en marcha de 7 fitotrones que sitúan a la empresa en primera línea en lo que a vanguardia se refiere, y el desarrollo de un invernadero de alta tecnología.
La construcción de los 7 fitotrones y una nueva cámara de germinación y aclimatación suponen una ampliación de 450 m2 en las instalaciones de Cabrera de Mar, su principal centro de I+D en España. Mientras que el invernadero se ubica en sus instalaciones de Sant Andreu de Llavaneres.
Más celeridad y precisión en la I+D
La principal ventaja de estas cámaras climáticas es la posibilidad de acortar sensiblemente los tiempos de investigación. Gracias a esta tecnología pueden acortar hasta 4 años el tiempo de desarrollo de nuevas variedades comerciales. La clave está en el amplio abanico de posibilidades de configuración de las mismas. “Nos permiten tener las plantas en condiciones ideales de cultivo durante los 12 meses del año”, explicaron Jordi Quilis, director de Biotech, y José Luis Couselo, Plant Science&Pathology Manager. Y es que en el centro de I+D de Cabrera de Mar pueden tener, en este mismo mes de marzo, un cultivo de melón en las condiciones ideales de temperatura, humedad, CO2, fotoperíodo, intensidad y composición espectral de la luz de un cultivo de una zona productora concreta de Brasil, por ejemplo. Todo ello, además, libre de virus y patógenos.
Cuatro de los fitotrones se destinan al área de Fitopatología (bioensayos con patógenos con los que hasta ahora no podían trabajar). El hecho de contar con estos equipamientos dotados de un alto nivel de bioseguridad gracias a las condiciones de total confinamiento, supone un plus, ya que les permite trabajar con distintos patógenos con la máxima seguridad. En este sentido, les permite reforzar la investigación y bioensayos que desarrollan desde hace varios años para buscar soluciones frente a problemas como el virus rugoso del tomate (ToBRFV) y otros venideros.
Los tres fitotrones restantes se destinan al área de Biología Celular o Cultivos in vitro para trabajar en el suministro de ‘donantes’ o flores dirigidas a obtener líneas doble haploides con las que generar híbridos comerciales. El uso de fitotrones se podría resumir en tres conceptos: más producción, rapidez y calidad. “Permiten que las plantas crezcan más rápido, que no tengan ningún problema ambiental, mejoran la calidad de la planta evitando problemas de sanidad, y aumentan la producción de flores por planta, que es de lo que se trata”, explicó José Luis Couselo.
Otra ventaja importante es la posibilidad de obtener donantes “en cualquier época del año y en perfectas condiciones, pudiendo cogerlas en el estadio más idóneo que necesitemos y con más producción. Multiplicamos con mucho la producción, de alta calidad, y reducimos los costes”, añadió Jordi Quilis. “Estamos entrando en una era de sensores y generando muchos datos que nos permitirán mejorar”.
Equipo comprometido
Todos estos avances son posibles “gracias a equipos realizados y comprometidos con el propósito” de Semillas Fitó, explicó Elisabet Fitó, directora de Corporate Affairs. “Un 36% de la plantilla está dedicada a en exclusiva a I+D”.
Copyright 2024 | 5 al día | Todos los derechos reservados