Los efectos ambientales de los alimentos son el resultado de una multitud de productores con prácticas muy diversas. Para idear soluciones efectivas ante esta diversidad, los autores analizaron datos que abarcan cinco indicadores ambientales, 38.700 fincas y 1.600 procesadores, tipos de envases y minoristas. El impacto puede variar significativamente, hasta cincuenta veces, entre productores del mismo producto, lo que brinda oportunidades sustanciales para la mitigación de los efectos del sistema alimentarios en los límites planetarios. Sin embargo, mitigar estos impactos es complejo debido a los compromisos, las diferentes formas de lograr impactos más bajos y la naturaleza interconectada de la cadena de suministro. Los productores tienen limitaciones en cuanto a cuánto pueden reducir sus impactos. Curiosamente, la huella ambiental de los productos de origen animal con el impacto más bajo a menudo supera la de los alimentos vegetales, lo que destaca la importancia de los cambios en los patrones de alimentación, hacia modelos más basados en alimentos de origen vegetal. En conjunto, la investigación aboga por un sistema en el que los productores hagan un seguimiento de sus impactos, adopten prácticas diversas para cumplir con objetivos ambientales y comuniquen de manera transparente sus impactos a los consumidores.
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