Como ya se comentó en ediciones anteriores, ninguna dieta, alimentos o sustancia, previene de la infección del virus ni trata sus consecuencias.. No obstante, seguir una alimentación saludable rica en frutas y hortalizas, contribuirá a cubrir las necesidades de nutrientes clave para el normal funcionamiento del sistema inmunitario. Así, un buen estado nutricional puede mejorar la respuesta a infecciones no solo de virus o bacterias, sino también frente a otras situaciones que afecten a nuestra salud.
Si algo ha puesto en evidencia la infección de COVID-19, es que afecta con mayor crudeza a los grupos vulnerables como personas mayores y a las que sufren enfermedades crónicas y obesidad, que, además, son grupos con alto riesgo de desnutrición y que por lo tanto, pueden tener mermada la respuesta inmunitaria por déficit de nutrientes o por las propia enfermedad.
Existe evidencia robusta sobre el papel de ciertos nutrientes en el correcto funcionamiento del sistema inmune, tales como las vitaminas C, A, D, B12, B6 y folatos, y minerales como el cobre, hierro, selenio y zinc. Además, es potencialmente plausible que también intervengan otras sustancias bioactivas, muchas de ellas presentes en las frutas y verduras como los carotenos, polifenoles, antocianinas, flavonoides, etc.
Las frutas y hortalizas, son las principales fuentes dietéticas de vitaminas C, A y folatos, y sustancias fitoquímicas activas, y en menor medida, de hierro y B6, por lo que el consumo de al menos 5 raciones entre frutas y hortalizas, es una premisa irremplazable, para que el sistema inmune funciones con normalidad. Pero esta afirmación refuerza la necesidad de seguir una alimentación saludable para proveer a nuestro organismo del resto de nutrientes que no aportamos en este grupo de alimentos, no solo para que funcione el sistema inmune, si no todo el engranaje fisiológico que nos acerca a la salud.
Copyright 2024 | 5 al día | Todos los derechos reservados