Aunque la manzana cortada es una de las frutas que más tiempo llevan en el mercado, como una vía de facilitar el consumo de frutas, en especial en los niños, el mantenimiento de sus cualidades sensoriales y la inocuidad, siguen siendo un reto para la agro industria. En este estudio de Li, W. y colaboradores, se muestra cómo una película de bioplástico a base de ácido poliláctico con nanopartículas de óxido de zinc puede suponer una ventaja competitiva frente a otras alternativas en la disminución de cambios fisiológicos indeseables en la manzana recién cortada y prolongar su vida útil. El equipo de investigación evaluó los efectos de la película sobre la pérdida de peso de la manzana cortada, la firmeza de sus tejidos, la actividad de enzimas relacionadas con el pardeamiento, el color, la calidad microbiológica y los atributos sensoriales de la manzana cortada almacenada a 4 °C. El bioplástico utilizado presentó una mayor permeabilidad al vapor de agua y una menor permeabilidad al oxígeno, además de propiedades mecánicas de interés en el proceso de envasado. Entre los resultados cabe destacar que el film utilizado proporcionó una mayor protección sobre el crecimiento microbiano y una mejor retención de la firmeza, el color y la calidad sensorial, así como el contenido de compuestos fenólicos totales; sin embargo, las manzanas envasadas en el bioplástico a estudio tuvieron una mayor pérdida de peso al final del almacenamiento. Los autores concluyeron que la mezcla utilizada en el bioplástico impregnada con nanopartículas de óxido de zinc contribuyó a mantener la calidad de las manzanas cortadas por lo que sería una vía para mejorar la vida útil de las frutas y hortalizas cortadas.
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