Una forma muy práctica de consumir frutas y hortalizas, y al mismo tiempo facilitar llegar a las recomendaciones de "5 al día", es incluir en la dieta las frutas y hortalizas listas para el consumo también llamadas de "cuarta gama". Sin embargo, hasta hace muy poco, este tipo de alimentos se envasaba únicamente con películas plásticas. La investigación para sustituir estos materiales provenientes de recursos agotables y, al mismo tiempo, contaminantes del medio ambiente, ha dado importantes pasos en los últimos años. Hoy día es posible adquirir algunos productos en envases compostables elaborados a partir de materias primas, como los derivados del ácido poliláctico y la celulosa, entre otros. Sin embargo, algunos aspectos como conseguir la permeabilidad apropiada para generar atmósferas modificadas, evitar la deshidratación de los vegetales, así como retrasar el crecimiento de microorganismos deben, en muchos casos, ser optimizados. Asimismo, la efectividad de estos compuestos en prolongar la vida útil de las frutas, y hortalizas de 4ª gama, apenas ha sido analizado. Las cadenas cortas de suministro de alimentos abren la posibilidad del uso de plásticos compostables y biodegradables con predecibles buenos resultados. Normalmente se trata de alimentos producidos en zonas urbanas y periurbanas que pueden aumentar la seguridad de los alimentos en ciudades y reducir el impacto medioambiental que resulta de los transportes a largas distancias, y que ocasionan un elevado coste energético de refrigeración y el empleo de sustancias químicas refrigerantes.
En esta compilación de artículos se estudia la posible aplicación de este tipo de envases en la postcosecha de alimentos, haciendo hincapié en su uso conveniente en las cadenas cortas de suministro.
Juan Antonio Fernández Hernández
Catedrático de Producción Vegetal en la Universidad Politécnica de Cartagena
Sociedad Española de Ciencias Hortícolas
Miembro del Comité Científico de la Asociación “5 al día”
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