La utilización de recubrimientos, comúnmente denominados ceras, se remonta a los años 30 del pasado siglo. Inicialmente se utilizaron con el fin de reducir la pérdida de peso que se origina en los frutos durante su transporte y distribución, pero en poco tiempo el propósito del encerado paso a ser dar brillo a los frutos que actualmente puede considerarse un poco irracional.
Sin embargo, en los últimos años se está produciendo un punto de inflexión y los recubrimientos se están empezando a considerar como una potente herramienta para reducir las pérdidas alimentarias en la cadena de suministro de frutas y hortalizas frescas. En los artículos científicos seleccionados se analizan las funcionalidades de los recubrimientos para cítricos por ser en los que más se utilizan. No obstante, ya se utilizan extensamente en piñas e incipientemente en aguacates, un fruto con una elevada tasa de pérdida de peso.
Aunque los recubrimientos comerciales varían en su eficacia para reducir la pérdida de peso, el manchado del daño por frío y la deformación permanente, y otras funcionalidades relacionadas con la senescencia de los frutos, todos contribuyen a disminuir las pérdidas alimentarias (Pérez Gago et al., 2024). Entre los mencionados en los artículos seleccionados, destaca un recubrimiento vegetal capaz de reducir la pérdida de peso en cerca de un 50% (Zacarías et al., 2024; Orihuel-Iranzo & Torregrosa, 2024), además de minimizar o eliminar las manchas por daño por frío tras largos periodos de almacenamiento refrigerado. También ayuda a mitigar la deformación permanente de los frutos que los devalúa comercialmente y probablemente también sensorialmente (Pérez Gago y col., 2024; Orihuel-Iranzo y Torregrosa, 2024).
Los recubrimientos podrían convertirse en una herramienta clave para reducir las pérdidas alimentarias en las próximas décadas. Su uso ya se está extendiendo a frutos como el aguacate y se evalúa su aplicación en hortalizas como pepinos y calabacines. En estos casos, los recubrimientos comestibles podrían reemplazar las envolturas plásticas actualmente utilizadas para la exportación a mercados lejanos.
Finalmente, como señalan los investigadores de la Universidad de Wageningen, la percepción negativa de los consumidores sobre los aditivos alimentarios utilizados en los recubrimientos hace necesaria la implementación de campañas informativas. Estas deben enfocarse en destacar tanto la seguridad de los recubrimientos como su contribución a la reducción de las pérdidas alimentarias.
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