Aunque la evidencia científica que apoya los efectos saludables de la dieta mediterránea es cada vez más robusta, la realidad es que la población infantil de la mayoría de los países mediterráneos presenta una baja adherencia a este patrón dietético. Sin ir más lejos, en España, hasta el 69% de la población infantil y adolescente tiene una baja adherencia a la dieta mediterránea. Múltiples estudios han sugerido que un alto grado de adherencia a este patrón alimentario se asocia con un menor riesgo de varios tipos de enfermedades crónicas y degenerativas, lo que a su vez aumenta la esperanza y la calidad de vida. Para conocer cuáles son los factores que determinan el grado de adherencia a esta dieta en una población española de niños y jóvenes, A.M Arcila-Agudelo y colaboradores realizaron un estudio sobre 1177 niños y adolescentes de entre 6 y 18 años de Mataró. Se halló que el 59% mostraron una adherencia subóptima a la dieta mediterránea, que fue mayor en escolares de secundaria. Los factores que se asociaron positivamente y de forma significativa con el seguimiento de una dieta mediterránea óptima fueron el nivel educativo de la madre, edad de primaria, ausencia de distracciones en el desayuno y la actividad física regular. Por el contrario, la disponibilidad de dinero por parte de los escolares, se asoció negativamente con la probabilidad de tener una buena adherencia a la dieta. Aunque las horas de sueño no tuvieron una asociación estadísticamente significativa con la adherencia, los datos apuntaron cierta tendencia en esta dirección. Por último, los autores señalaron que no hubo asociaciones con factores como asistencia a escuela privada, la edad, el índice de masa corporal, el nivel de ingresos de las familias, el país de origen de la madre o el nivel educativo del padre. No obstante, los autores concluyeron que es necesario investigar el nivel de causalidad de cada uno de los factores, así como de los mecanismos implicados.
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