Los ácidos grasos saturados, cuyo exceso en plasma se asocia a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, fueron mas bajos en los pacientes que más grasas consumían y que tenían dietas ricas en frutas y verduras. Esto no ocurría en las personas que, aun tomando muchas frutas y verduras, no tenían dietas ricas en grasas.
El hallazgo sugiere que el consumo de frutas y hortalizas puede tener diferentes asociaciones con los ácidos grasos plasmáticos según su subtipo y el grado de ingesta de grasas. Un paso más para comprender el papel activo de las frutas y verduras en la reducción del riesgo cardiovascular.
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