Seleccionar las semillas, remover la tierra, manipular las herramientas, preparar los recipientes, regar, etc. son el tipo de tareas que los niños disfrutan con ganas. Es muy importante explicarles, antes de comenzar a sembrar, que van a poder hacer todas estas acciones y cuáles son los pasos a seguir, ya que les ayuda a mantener su atención y predisposición hacia la actividad.
El siguiente paso y no menos importante es elegir el tipo de cultivo. Desde “5 al día” os proponemos tres cultivos sencillos y adaptados al cultivo en recipientes: tomate, pepino y fresas. El cultivo del tomate es muy sencillo, en una maceta o caja, hacemos la siembra con las semillas a 5 mm de profundidad, manteniendo una pequeña separación entre ellas. Es importante que la maceta o caja esté situada en un lugar con mucha luz.
En el cultivo del pepino colocamos cinco o seis semillas en el centro de la maceta y tapamos con una capa de no más de 2 cm de mezcla de tierra. Para su germinación los pepinos necesitan un ambiente de mucho calor.
Por último, para el cultivo de las fresas, la tierra tendrá que tener buen drenaje para no tener más agua de la debida y colocarla en lugares de luz.
Una vez seleccionadas las semillas que vamos a plantar (es importante verificar que están certificadas), necesitamos proveernos de los siguientes materiales: una caja de fruta (de cualquier material), un plástico para forrar el interior, o tela impermeable, una grapadora, una pala pequeña, un rastrillo, una regadera y sustrato en cantidad suficiente.
Para empezar a realizar el huerto, lo primero es colocarse unos guantes adecuados para el trabajo, y determinar el lugar donde se situará el huerto. Es aconsejable que sea un lugar donde reciba mucha luz solar durante algunas horas.
A continuación es importante limpiar bien la caja, por dentro y por fuera. Tras esto, se debe forrar el interior con el plástico. Utilizaremos grapas para fijarlo bien al fondo de la caja. Se recomienda hacer algunos agujeros en la parte de abajo para asegurarse que el agua que sobra del riego no se acumule en las raíces y pueda ahogar la planta. Después, rellenamos todo el espacio con una capa gruesa de tierra.
Con el rastrillo hacemos unos pequeños surcos en la tierra para introducir las semillas elegidas. Los paquetes suelen indicar la cantidad de granos a poner e incluso, indican cuál es la mejor época para cultivarlas. Luego, tapamos ligeramente las semillas, y regamos con generosidad.
Es importante señalar que el huerto en maceta o en caja, como en cualquier otro recipiente, requiere un mayor riego y abono que si estuviera en tierra abierta. Ahora sólo queda, regular el riego y esperar a que empiecen a brotar las hortalizas.
El riego y el mantenimiento de la siembra es una tarea ideal para que los más pequeños adquieran responsabilidades y sean conscientes del valor de sus actos. El momento de la cosecha es un momento muy especial para todos por lo que significa. Por un lado, está la satisfacción de recoger los frutos del esfuerzo, y por otro la expectativa ante el alimento "¿estarán buenas mis fresas?", con lo que estaremos incentivando a los niños a consumir hortalizas y frutas frescas -recuerda que la recomendación es de 5 raciones de 150 gr al día- y a valorar su propio trabajo.
Esta actividad del huerto en casa no termina con la cosecha. La diversión puede extenderse más allá de las propias tareas de mantenimiento: manualidades como la decoración de cajas y etiquetados, actividades de observación y/o experimentación, talleres de cocina a partir de los frutos recolectados, etc. Todo es cuestión de imaginación.
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